"No
era amor. Nos diremos con el tiempo. Lo escucharemos frecuentemente de la voz
de nuestros amigos, familia, una nueva pareja o cualquier persona que
vaya apareciendo en nuestra vida, a la cual tengamos la confianza plena de
contarle alguna vez nuestra historia. No era amor: concluirán, sin conocer por
completo lo pasado, con el panorama incompleto emitirán una opinión.
Aun así será nuestro alivio. Sentiremos paz, tranquilidad. El dolor, causado por la pena del desamor y la despedida, se irá mitigando poco a poco. Una vez que dejemos de extrañarnos, cuando parta la añoranza por completo estaremos convencidos: No era amor. Y sabremos que hay en ello una pizca autoengaño.
Aun así será nuestro alivio. Sentiremos paz, tranquilidad. El dolor, causado por la pena del desamor y la despedida, se irá mitigando poco a poco. Una vez que dejemos de extrañarnos, cuando parta la añoranza por completo estaremos convencidos: No era amor. Y sabremos que hay en ello una pizca autoengaño.
Seguiremos
cada cual con nuestras vidas, repitiendo nuestro nuevo mantra como bálsamo para
lidiar con nuestros quehaceres cotidianos. Nos iremos fortaleciendo cada jornada y con el paso de
los meses dejaremos de repetirlo con tanta frecuencia. Ya no hará falta
convicción porque lo sabremos de sobra, no lo era.
Puede
que con el tiempo, pasados algunos años y sanadas las heridas; por virtud del
destino o por coincidencia simple volvamos a encontrarnos. Tal vez nos
saludemos, intercambiemos un par de epítetos tópicos sobre nuestras peripecias
después de la partida… Quizás intercambiemos números, confirmando que siguen siendo los mismos y probablemente quedemos en tomarnos un café para platicar con
mayor tranquilidad y por los buenos tiempos.
Para
entonces, quizás alguno se haya casado, o tenga una relación importante, y cabe
también la posibilidad de que sigamos solteros, sin la necesidad de atarnos a
nadie que no sea a uno mismo. Reiremos de algunas anécdotas, recordaremos superficialmente
algunos momentos; pasados algunos minutos lograremos sincerarnos y hablaremos
de lo mal que lo pasamos después de terminar, nos disculparemos por cosas no
dichas o no hechas y nos pediremos perdón mutuamente… Puede que el momento nos
orille, antes de despedirnos, a abrazarnos con un sentimiento de agradecimiento
que tanto nos hacía falta… Y entonces dudaremos, nos miraremos a los ojos y pensaremos: Es posible que el auto engaño nos llevara a una conclusión apresurada."
C.S.V.R
No hay comentarios:
Publicar un comentario