domingo, 1 de diciembre de 2019

Sueños, éxito y felicidad.


¡Qué bonito es vivir de los sueños! O eso pensamos a menudo, porque solemos confundirlo con el éxito... y no siempre son la misma cosa.

Desde que somos niños, nos han inculcado la idea de que debemos perseguirlos y no desfallecer hasta alcanzarlos. Evidentemente esto conlleva un sinfín de retos, esfuerzo, en algunos casos frustración, pero cuando logramos alcanzarlo en cualquiera de sus formas, solemos sentirnos plenos y satisfechos. La pregunta es ¿Qué ocurre después de alcanzar un sueño?

Para explicarme de mejor manera, tomaré como ejemplo una de las películas clásicas de princesas Disney, un arquetipo que afortunadamente ha evolucionado con el tiempo. Pensemos en Cenicienta. Pasa una vida de mierda por culpa de su madrastra y hermanastras, es reducida a asistente doméstica sobreexplotada y además, se le niega la posibilidad de asistir a un baile. Aparece el Deus ex machina del hada madrina otorgándole vestido, calzado y transporte. El príncipe se enamora a primera vista y a primer baile de ella y sonada la primera campanada de medianoche, pone pies en polvorosa dejando a media escalera una hermosa zapatilla de cristal. El príncipe encuentra dicho objeto, tras no encontrarla se da a la tarea de buscarla por todo el reino, probando el calzado en cada joven mujer de aquellos terruños. Obviemos lo antihigiénico del asunto. Aparece Cenicienta, se prueba la zapatilla y en un acto de amor inconmensurable se casa con ella… Y VIVIERON FELICES POR SIEMPRE.

Hasta este momento, fuera de los errores de guión forzados para dar fortaleza a la trama, tenemos una historia que resulta agradable, pero ¿Qué ocurre después? Es decir, sí, tal vez el sueño de nuestra protagonista era ese, vivir en palacio, tener súbditos y reinar algún día, espero con la esperanza de aliviar las penurias de su pueblo. Pero después. ¿Qué?
Ese vivieron felices por siempre me ha causado varios dolores de cabeza y no solo a mí, sino a los propios ratones amigos de Cenicienta, que para la precuela se dieron a la tarea de escribir la continuación de la historia una vez que el Hada Madrina les hubiese dicho que los príncipes habían vivido felices por… bueno, ya saben.

Y esa es la cuestión. Muchas veces en la vida ambicionamos tanto algo en particular y creemos que lograr el sueño es sinónimo de conseguir el éxito, por ejemplo: un título universitario, un trabajo en una empresa, un salario digno, o encontrar una persona que nos haga sentir completos. Cada cual tendrá un sueño en particular, no somos quien para juzgar los anhelos más profundos de las almas que nos rodean. Pero he visto un problema bastante particular que desafortunadamente, parece, es un común denominador. Mucha gente se pasa la vida entera esforzándose por alcanzar ese sueño because that’s the dream… pero una vez logrado ¡no saben qué hacer con él!

Estamos acostumbrado al final feliz y auto conclusivo, que olvidamos que las historias no empiezan ni terminan de ese modo. Conseguir un título es solo un paso, encontrar el trabajo en esa empresa, merecer ese salario o conocer a esa persona, solo son el principio de la historia. ¡Claro que hay mucho mérito ello! Sin embargo, el sueño es solo el comienzo. ¿Hay éxito en este momento? Opino que parcialmente.

Algunas personas, desafortunadamente, una vez alcanzado el sueño de una vida, después haber logrado tocar las puertas del cielo; se dan cuenta que no todo es como ellos imaginaban que sería. Personas muy capaces estudiaron demasiado, pero al momento de ejercer se dan cuenta que la teoría y la práctica son dos cosas muy diferentes, he visto casos en los que no se sienten plenos. Al llevar algunos meses en la empresa se percatan que la dinámica de trabajo o bien el trabajo en sí mismo no es lo que ellos añoraban; o bien ese salario los ayuda a tener un mejor estilo de vida, cierto, pero deben dejar de lado ciertas cosas, sacrificando a sus familias nucleares perdiéndose momentos trascendentales y… aquellos que encontraron el amor, se percatan que algo no encaja al cien por ciento, que parece amor, pero dudan si ese es el amor verdadero. En otras palabras, viven en el sueño, pero viven de forma frustrada. Y el verdadero problema es que nadie nos contó esa parte de la historia. Con estas circunstancias ¿Lograron estas personas alcanzar el éxito? Quizás no porque él éxito, por definición, es un resultado feliz…

Ojo: ESTE NO ES UN DISCURSO FATALISTA. Todavía no he terminado. ¡Sigamos adelante!

Entonces, volviendo al principio… ¿Es posible alcanzar el éxito a través de nuestros sueños? La respuesta, aunque en este punto pueda resultar contradictoria, es un rotundo SÍ… pero desde otro enfoque. ¿Me explico? ¿No?

Claro que se puede vivir de los sueños. A partir de este punto parafrasearé algunas frases de Guillermo del Toro en una conferencia que llevo a cabo en la Feria Internacional del Cine una vez que obtuvo dos premios Oscar por su película “La forma del agua”.

Cuando le preguntan en su Master Class “¿Qué es el éxito?” Del Toro responde: “Las historias de éxito (Caón) son condensaciones de historias MUCHO, MUCHO, MUCHO, más larga… Mejor pregúntame cuantos chingadazos me di… El instrumento de aprendizaje más cabrón que hay es el fracaso y darte de topes contra una pared, porque TE ENSEÑA LOS LIMITES Y TE ENSEÑA A QUERER ROMPERLOS. Eso es lo principal…  Y continúa un poco más adelante: “Es que la carrera nos gusta contarla de un lado al otro… ¡Ay ganó el premio nacional a la crítica! Y en medio te partes la madre… pero lo que tienes que contar son las parte de en medio… y el éxito es el mito que nos venden para sentir que la libramos o no la libramos… el éxito es llegar a donde quiera que llegues haciendo lo que quieres hacer, si yo me gano a los dos gemelitos por hacer una película de Louis Pasteur, pues ya valí madre ¿Para que los quiero si no son míos? Pero los tengo porque una mujer muda se enamoró de un Dios anfibio del amazonas y eso está de pelos… Tener las ganas de decirle al mundo que está equivocado… El éxito es cagarla en tus propios términos.”

Les dejó el enlace del vídeo, para que puedan escuchar directamente a Del Toro. https://youtu.be/70GZnd9lIdw

No quiero caer en el error de cometer una falacia, pero rescato algunos puntos del afamado director. Es cierto que muchas de las historias de éxito que conocemos son de personas que se aferraron a sus sueños hasta hacerlos realidad… pero también consideramos exitosas a otras personas que, quizás, las circunstancias los llevaron por un camino diferente al que tenían planteado y lograron adaptarse. Del Toro lo dice claramente, vemos la película como espectadores de un lado al otro, pero no vemos esos momentos que pueden simbolizar años y años de esfuerzo y dedicación, solo prejuzgamos los resultados. Y parte de las limitantes tanto de los sueños como el éxito están en nuestro entorno sin que sea visible a primera vista. Algunas veces, no siempre por supuesto, la gente que nos rodea está tan ensimismada en sus propios fracasos que limita o reprime los sueños de los demás… Recuerdo cuando un amigo abrió su propio despacho, sin preguntar terceras personas me decían “¿Oye ya supiste que tal persona abrió su despacho? Pobre, está muy verde… no la va a hacer?” Y vaya, cuatro años después ahí sigue, firme en sus convicciones. Esa es la parte que comparto, porque él ha demostrado que el mundo estaba equivocado. Con sus respectivos chingadazos, evidentemente.

Pero el segundo punto, para mí el más importante, es “Llegar a donde quiera que llegues haciendo lo que quieres hacer.” Esto es lo que a veces se olvida. Cierto es que la vida nos va llevando por caminos que a veces nunca imaginamos; pero también es cierto que somos los únicos que podemos decidir qué hacer con nuestro futuro. A veces es oportuno y necesario dejar nuestra zona de confort para lanzarnos a la aventura y decir: ¡Sí se puede! ¡Vamos por ello! ¡Esto es lo que yo quiero! En otras palabras… Aprender a vivir con los sueños, pero sin dormirnos en nuestros laureles. Porque en tal caso, el pensamiento mágico nos come, no va a aparecer un hada madrina a realizar un acto de magia y cambiar nuestra vida por completo… Hay que correr riesgos, con todo lo que ello representa, sacrificando algunas veces la seguridad de lo que tenemos por la ilusión de lo que podemos tener. Es un precio muy alto y evidentemente hay muchísimo en juego… Pero seguro que vale la pena.

He llegado a la conclusión, después de todo este cúmulo de pensamientos, que no se trata de vivir de los sueños; ese sin duda es un pensamiento mágico… La tarea, el verdadero reto es que con nuestros sueños, pero sobre todo con esfuerzo y dedicación, logremos alcanzar el éxito. ¿Qué éxito? El más grande, obvio y olvidado de todos: SER FELIZ BAJO TUS PROPIOS TÉRMINOS. No tengas miedo al cambio, no te conformes, no te límites.
¡Sal! ¡Haz aquello que te hace feliz! ¡Hazlo tu estilo de vida! ¡Ve a ese karaoke y sé un artista aunque sea solo por un instante! ¡Escribe ese blog que nadie lee! ¡Graba ese corto con la cámara de tu celular! ¡Háblale a esa chica o ese chico! ¡Manda a la chingada el qué dirán! ¡Carajo! ¡Sé exitosamente feliz!

¿Qué tienen que ver los sueños con el éxito y la felicidad? Todo, absolutamente todo.

P.d.- Gánate ese par de premios Oscar con tu propio guión, uno propio, que te defina sin lugar a dudas…

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